Reprobar a políticos que hacen campaña con crisis del Covid-19

En medio de la crisis desatada por la amenaza del Covid-19 o coronavirus aparecieron varios candidatos y candidatas a intendencias y concejalías, principalmente pertenecientes al Partido Colorado, que se han puesto a distribuir elementos como tapabocas y alcohol en gel a sectores humildes de la población con sus carteles de propaganda electoral, incitando a que voten por ellos. Es una actitud ruin y oportunista que busca aprovecharse de la necesidad y del temor de la gente ante el avance de la pandemia, para tratar de sacar provecho propio. Son políticos que merecen el escarnio de la sociedad, por su mezquindad. Más que votarlos, hay que botarlos en los próximos comicios.

Nunca faltan los pescadores en río revuelto. En medio de la grave crisis provocada por la pandemia del Covid-19 o coronavirus, se han formulado diversas denuncias a través de las redes sociales y los medios de comunicación sobre la aparición de candidatos y candidatas a intendencias municipales y concejalías para las próximas elecciones, que recorren barrios y sectores humildes de la capital y de otras ciudades del país, repartiendo kits de elementos esenciales para prevenir la enfermedad, como frascos de alcohol en gel, tapabocas o mascarillas, jabones y otros productos de limpieza.

Dicha acción sería sumamente loable, si no fuera por un detalle: Todos los artículos distribuidos llevan una etiqueta con la fotografía del candidato o candidata, datos sobre su campaña electoral y una implícita invitación a que se vote por ellos o por ellas en los próximos comicios municipales.

No existe nada más ruin que aprovecharse de la necesidad o del temor de la gente a una pandemia para tratar de obtener votos políticos y sacar provecho propio. Esta actitud populista y oportunista era común en época de la dictadura stronista, cuando se canjeaba el voto de los correligionarios a cambio de víveres o medicamentos, una práctica que lamentablemente se mantiene no solamente en esferas del partido oficialista. Sin embargo, hacer uso de este recurso en el actual momento crítico, en que la sociedad necesita el aporte de todos por encima de colores partidarios, es sumamente reprochable.

No se trata de rechazar elementos que son sumamente necesarios para prevenir el contagio, sino de que ese aporte se utilice como propaganda electoral. Si quieren ayudar, que ayuden, pero sin poner su marca a los productos ni condicionar su aporte a una eventual retribución en votos.

Similar situación se plantea con los legisladores y autoridades que han decidido donar sus sueldos de un mes a un fondo de ayuda para la lucha contra el coronavirus. Es una acción loable, pero tiene el mismo tinte populista, aunque no pidan directamente votos a cambio. No hay que olvidar que se trata de los mismos legisladores y de las mismas autoridades que se opusieron a destinar más fondos a la salud, a no conceder los aumentos solicitados por los médicos y trabajadores del sector.

La gran ayuda que podrían brindar ahora, más que donar sus privilegiados salarios, es comprometerse a reformar y a levantar el precario sistema sanitario que sigue padeciendo el Paraguay, destinar más recursos para construir más y mejores hospitales públicos, debidamente equipados y con atención gratuita garantizada, para que la población ya no esté tan desprotegida como lo está ahora.

La actual emergencia que vive el Paraguay ante la amenaza del coronavirus, al igual que otras naciones, exige deponer toda actitud mezquina, egoísta y aprovechadora.

Si seguimos detectando a políticos que buscan aprovecharse de la crisis para sacar réditos electorales, merecen el más absoluto escarnio de la sociedad.

A esos políticos, más que votarlos en las próximas elecciones, hay que botarlos

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